El próximo viernes 21 de febrero se cumplirán 25 años de la histórica rebelión y fuga de trece internos de la Unidad Penitenciaria III de Eldorado. En total fueron trece los fugados en el 2000 y fueron recapturados y condenados doce de ellos. Por los años transcurridos y tras haberse cumplido las sentencias correspondientes todos ya recuperaron la libertad ya que, por esa fuga, les habían aplicado entre diez y doce años de prisión con excepción del aborigen Santiago Duarte, que no sólo nunca fue recapturado, sino que jamás se supo desde entonces de su paradero. Hay sospechas que podría haber cruzado al Paraguay a una de las comunidades.
Por la ruta provincial 16, camino a San Pedro, se produjo la fuga y la búsqueda. Foto: ARCHIVO EL TERRITORIO
En el operativo se hicieron 80 horas de vuelo en el helicóptero, sumado a la movilización de las fuerzas de seguridad, en especial la Policía de Misiones. La captura se concretó en pleno monte misionero, sin derramamiento de sangre.
El inicio y los motivos
La rebelión comenzó a las 23.05 de aquel 21 de febrero de 2000, en la antigua Unidad Penitenciaria III, ubicada en el kilómetro 7 de Eldorado. Los problemas procesales, de comida y de hacinamiento en una cárcel con 136 internos y pensada para 45 como máximo, representaron los motivos principales de la fuga de la vetusta cárcel de Eldorado que luego sería reemplazada por una moderna estructura edilicia.
Las consecuencias
De los cuatro guardias tomados como rehenes, golpeados y cortados con facas, pasarían a retiro tres de ellos, por razones de salud, como fueron los casos de Juan Ramón Cordero, Pantaleón Mendoza y Enrique Javier Bogado. Definitivamente aquel suceso les había cortado la carrera dentro de la fuerza.
El único que sigue desempeñando tareas en el servicio penitenciario es Arnaldo Fabián Fleck. “Fui el primero que cayó como rehén y a los quince minutos cayeron los otros dos compañeros que estaban en el servicio interno conmigo y posteriormente el inspector de vigilancia”, había recordado Fleck a El Territorio. “Fuimos golpeados, maltratados, yo tuve dos cortes en la costilla por elementos punzocortantes, me hincaron en dos oportunidades, gracias a Dios no fue nada grave. También recibí muchos golpes al igual que mis otros compañeros”, había recordado.
Lo sucedido
Justamente, como se indicó, Fleck fue el primer guardia tomado como rehén por el entonces interno Juan Ramón “Juancho” Cardozo, quien lo amenazó con una faca que portaba en la mano derecha y junto a Daniel Alberto “el Rengo” Díaz, lo acorralaron, amordazaron, como les sucedería a los otros tres guardias. A los pocos minutos, casi la mitad de la población carcelaria, unos 40 internos, se habían hecho dueños del interior de la cárcel.
La negociación
Quince minutos habían pasado de la medianoche del martes 22 de febrero en medio de los gritos y pedidos de auxilios de los guardias amenazados de muerte: comenzaba la negociación con intervención del juzgado de Instrucción.
Quien encabezaba la negociación fue el Rengo Díaz, que transmitía el pedido de los rebeldes; pedían dos vehículos con tanque lleno y capacidad para quince internos y hasta armas cargadas y más proyectiles. Se mostraban dispuestos a todo, porque en forma previa habían ingresado a enfermería e hicieron un cóctel con los medicamentos. “La droga, el alcohol y las pastillas ingeridas esa noche desencadenaron el motín y luego la evasión”, reconocería ya durante el debate oral, el Rengo Díaz.
Los expertos
Un equipo de negociadores de la Policía llegó al lugar con el objetivo de preservar la vida y evitar una masacre. Se trataba del entonces comisario inspector Manuel Céspedes y el licenciado en seguridad Miguel Ángel Salgado, quienes integraron el equipo de gerenciadores de la Policía de la provincia. “Seguimos un protocolo de procedimiento y se evitó una masacre como la ocurrida en la toma de rehenes en Ramallo el 17 de septiembre de 1999”, recordó por entonces Céspedes.
La negociación duró todo el día e implicó, además de las arduas negociaciones de jueces y funcionarios de Misiones, la participación del sacerdote Luis Alberto González quien reemplazó a un rehén, al cabo Cordero, que fue liberado porque presentaba un grave estado de salud por los golpes recibidos.
La fuga
Como a las 18 de ese día, comenzaba a cerrarse la negociación que implicaba la entrega de un vehículo que lo terminaría manejando el cura González, que salió rodeados de internos que amenazaban con sus facas.
El pacto acordado, tal como cumplirían los evadidos era que, a los 30 minutos de salir de la unidad, liberarían a los rehenes.
El trayecto
En total avanzaron unos 32 kilómetros por camino de tierra desde la cárcel de Eldorado, seguidos por agentes de seguridad, buscando cruzar la frontera e internarse a Brasil. Ello no pudo ser porque al transitar la ruta terrada 16 a la altura del kilómetro 40 camino a San Pedro, se ejecutó un dispositivo colocado previamente que cortó la corriente del auto. Al respecto, Salgado explicaría así lo que habían realizado: “Acordamos que la camioneta sería controlada a través de un sistema satelital para detener el motor, ellos se llevaron a uno de los rehenes y al cura que manejaba la camioneta, todos ellos fueron liberados unos metros más adelante. Les dejamos a los reos que sigan, y a unos 500 metros se les paró la combi, entonces cuando pasó eso, llegó la Policía y les dijeron abajo, y ellos corrieron hacia el monte”.
A raíz de tal situación, los evadidos ingresaron al monte y cada uno intentó seguir con su propio plan de fuga. Pero también allí se iniciaba uno de los mayores e inéditos despliegues para apresarlos.
La primera detención al extraviarse en el monte, como les sucedería a muchos, fue la de Juan Ramón Cardozo (19.30 horas del 22 de febrero 2000) y la última de los recapturados, la de Juan Carlos Antúnez que se produjo a los 16 días de la fuga.
Es decir, la mayoría volvió a prisión, fueron juzgados y tras cumplir condena, recuperaron la libertad 12 líderes de aquella rebelión, excepto Santiago Duarte que desapareció sin dejar rastros.
Los datos de recaptura
Según datos aportados por la Policía de Misiones, que terminó armando tres bases de operaciones, la primera detención fue la de Juan Ramón Cardozo (19.30 horas del 22 de febrero 2000). A las 6 del día 23 de febrero fueron cuatro los recapturados: Miguel Ángel Rodríguez, Alejandro Maidana, Teófilo Morales y Santiago Vera. En tanto, Eliseo Dos Santos fue atrapado a las 19.45, del 23 de febrero, Francisco Díaz, a las 6.45 del 24 de febrero y el 26 de febrero fueron recapturados tres a las 11 de la mañana: Félix Velázquez, Baldomero Ferreyra y Antonio Rodríguez. Daniel “El Rengo” Díaz, a las 21 del 2 de marzo y Juan Carlos Antúnez a las 8.30 del 8 de marzo. Santiago Duarte nunca fue recapturado.
“Yo crecí en el monte, en la chacra, me crié comiendo fruta, y encontré un campamento de obrero y después una colonia aborigen y ahí me ayudaron. Ellos me tuvieron ahí, me dieron de comer”, recordó Miguel Ángel Rodríguez de cómo sobrevivió en el monte. Este interno había regresado a la cárcel de Eldorado entre 2003 hasta cumplir condena y ser el último de los fugados en recuperar la libertad. “Era un penal para 40 personas y éramos entre 150 y 160 internos, eso generó una superpoblación. La convivencia era complicada en esa época”, le dijo en una nota anterior a El Territorio, antes de quedar en libertad. También se refirió al aborigen Santiago Duarte, al momento de la fuga: “Él era una persona criada en medio de la selva y estaba ambientada, agarró un rumbo y se fue. No sabemos si murió o qué, eso desconozco”.
Las condenas recibidas por 12 fugados
mediado de junio 2001, doce de los trece fugados recibieron condenas de entre diez a doce años de prisión. Es lo que resolvió por entonces el Tribunal Penal 1 de Eldorado que lo integraban Heriberto von Schwartzenberg, Lyda Gallardo de Fava y Edgardo Orlando González. Estos jueces los condenaron como responsables de los delitos de secuestro coactivo y evasión en concurso ideal.
Por ser considerados cabecillas de la revuelta les aplicaron 12 años de prisión a Alberto Daniel “El Rengo” Díaz, Eliseo Dos Santos y Juan Ramón “Juancho” Cardozo.
El Rengo Díaz, en el momento de la fuga estaba condenado por robo calificado; Dos Santos por homicidio simple y Cardozo cumplía condena por violación y homicidio.
Los fugados
La situación penal en la que se encontraban los 13 internos cuando se fugaron de la cárcel de Eldorado.
Un año menos, once años de prisión les tocó cumplir por ser declarados reincidentes a Santiago Ignacio “Negro” Vera -cumplía condena por reincidente-, Teófilo “Gato” Morales -condenado por robo calificado- y Miguel Ángel “Cara” Rodríguez, por homicidio y violación.
A diez años también fueron condenados y declarados por segunda vez reincidentes, José Antonio “Negrón” Rodríguez, que cumplía condena por homicidio y violación. Francisco “Chico” Díaz estaba procesado y terminó siendo culpable sólo por la posterior fuga; Baldomero “Miro” Ferreira estaba en prisión por homicidio simple y Germán Velázquez, Félix estaba en prisión por violación.
También recibieron diez años de prisión Alejandro Maidana, que en el momento de la fuga se encontraba procesado por homicidio y Juan Carlos “Bagre” Antúnez, que en el momento de la fuga estaba procesado por robo calificado.
Entre los 13 fugados, el aborigen Santiago Duarte desapareció sin dejar rastro. Al momento de la fuga estaba procesado por violación.
Fuente: El Territorio